La economía global volverá a crecer

La reciente reunión del G-20 mostró que se tomó conciencia de cómo empezar a revertir la mayor crisis desde 1930.
Por: Ricardo Arriazu Fuente: ECONOMISTA
El mundo enfrenta la peor crisis financiera desde la Gran Depresión de la década de 1930. Las pérdidas asociadas a la baja del precio de las acciones en las principales bolsas de valores del mundo exceden ya los 30 billones de dólares (30 trillones en la terminología de EE.UU.), valor equivalente al 50% del PBI anual mundial.Esta caída es inferior a la que se registró luego del colapso de la Bolsa de Nueva York en 1929, pero la velocidad relativa de la baja es superior a la de entonces. La baja acumulada desde octubre del 2007 es cercana al 50%, mientras que entre 1929 y 1932 la baja fue superior al 75%. En conjunción con esta crisis financiera, el mundo enfrenta también una severa crisis económica que no alcanzó aun la gravedad de la crisis de la década de 1930, así como tampoco las del inicio de la posguerra (1945-1946), ni la que acompañó la crisis de las deudas en 1982. El FMI estima que la economía mundial reducirá su tasa de crecimiento durante el año próximo del 3,7% al 2,2% (un crecimiento mundial inferior al 3% es considerado una recesión). Este menor ritmo de crecimiento estará explicado exclusivamente por las tasas de crecimiento negativas proyectadas para todos los países industrializados. Mis proyecciones son más pesimistas y considero que el ritmo de crecimiento mundial no llegará al 1,5% en 2009.Muchos analistas y políticos han calificado a esta grave crisis económica como el "fin del capitalismo" y la han asociado a falencias de determinadas ideas económicas. Sin embargo, la historia nos muestra que estas crisis existen casi desde los principios de la historia y han estado asociadas a calamidades naturales, a excesos de gastos de los gobiernos y exuberancias de gastos del sector privado. Han existido en gobiernos totalitarios y liberales, con formas de gobierno democráticas, imperiales o monárquicas. Durante el siglo XIX hubo al menos 6 crisis con gravedad semejante a la actual. La crisis de la década de 1930 coincidió con el fin de un proceso de globalización y con la emergencia de las ideologías marxistas y nacionalistas, lo que llevó a políticas proteccionistas, de devaluaciones competitivas, de tratar de "embromar al vecino", y a guerras. Considero afortunado que en esta oportunidad ninguna de estas tendencias haya surgido en forma nítida (lo cual no impide que eventualmente lo hagan).Los principales países del mundo (G-20) se reunieron el pasado fin de semana en Washington para acordar medidas frente a la crisis y establecer los principios que regirán las transacciones económicas y financieras en el futuro. Muchos analistas se sintieron defraudados porque el comunicado final no contenía medidas específicas. En realidad, no tengo conocimiento de ninguna reunión de este nivel del que hayan surgido tales medidas. Las máximas autoridades políticas siempre se ponen de acuerdo sobre los grandes lineamientos y luego encargan a sus ejecutivos los detalles operativos.Al terminar la guerra, los países aliados decidieron implementar un nuevo sistema económico-financiero mundial para remediar algunos de los problemas que emergieron durante la Gran Depresión. Este acuerdo no incluyó ninguna medida específica, pero durante casi dos años los equipos técnicos estuvieron trabajando sobre un conjunto de normas que finalmente guiaron las transacciones mundiales hasta la actualidad. Este conjunto de medidas forma el Acuerdo de Bretton Woods. Su esencia fue el establecimiento de un "código de conducta" y de un "foro" para coordinar políticas, y la cooperación económica a través de un "pool de reservas". Estas medidas permitieron el mayor crecimiento de la economía mundial de la que se tenga registro.Desafortunadamente, los intereses económicos y políticos de los principales países industrializados llevaron a que estos principios fueran gradualmente abandonados, lo que en gran medida contribuyó a generar la actual crisis. Tuve el gran honor de participar activamente en el intento por renovar este acuerdo, que se realizó entre 1971 y 1973. Fueron dos años de discusiones arduas y fascinantes que concluyeron en un acuerdo, que finalmente no pudo ser implementado por la oposición de los Estados Unidos. Considero que si se lo hubiese implementado la gravedad de la actual crisis sería mucho menor.El mandato que recibieron los países por parte del G-20 es ponerse a trabajar en un nuevo sistema que deben presentar a más tardar en abril. El FMI seguirá estando en el centro del nuevo sistema, con modificaciones en su estructura de votos (reconociendo el crecimiento de China, India, Rusia, Brasil y otros países asiáticos, y reduciendo la representatividad de Europa y algunos países emergentes), pero no en su función básica de supervisión macroeconómica. El nuevo sistema pondrá más énfasis en los temas de supervisión financiera y en la necesidad de políticas prudenciales en este campo.Concientes de la necesidad de actuar en forma enérgica para contrarrestar el actual pánico financiero mundial, el G-20 encomendó a cada país tomar medidas para lograrlo, pero dejando los detalles de las medidas a tomar a los propios países. En ausencia de un nuevo código de conducta éste era el único mecanismo para actuar en el corto plazo. Esto no significa que los países no coordinarán sus políticas. Por el contrario, existe evidencia de que lo están haciendo y de que las autoridades económicas intercambian ideas entre ellos varias veces por día. En este contexto, reitero el final de mi columna anterior. Creo que se detuvo la "caída libre" en los mercados financieros, que los tipos de cambio y las materias primas ya ajustaron sus valores a niveles más realistas y que falta el "rebalanceo" económico mundial, en el que los países que gastaban de más deberán reducir su gasto y los que gastaban de menos deberán incrementar el suyo. Esto es más fácil decirlo que hacerlo.¿Qué hará Japón con los automotores que no puede vender en los Estados Unidos? Al no poder venderlos en su mercado interno deberá modificar su estructura productiva, lo que toma tiempo. A la larga, el mundo retomará su senda de crecimiento.

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